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  • Foto del escritorLolo

Un Barcelona sin Messi

La renovación del contrato de Lionel Messi con Barcelona quedó interrumpida a instancias del propio jugador, ya que su idea es terminar el vínculo con la entidad catalana el año próximo.


La realidad es que es difícil imaginarlo. Desde que tengo uso de razón que Messi juega con dos camisetas. Una celeste y blanca, y otra roja y azul. Ninguna más.

Llegó a Barcelona a los trece años y desde ese momento solo firma contratos para extender su estadía o para mejorar su salario. Desde su arribo al club catalán, siempre ha sido apoyado y cuidado por sus compañeros. Desde la masía con Cesc Fábregas y Gerard Piqué, hasta la última sociedad con Luis Suárez y Neymar, la famosa MSN.

La relación de Messi con la dirigencia y con sus técnicos suele ser amistosa, con buena química. Pero hace tres años que las cosas cambiaron. Luego de la remontada al PSG en el Camp Nou, con Neymar como figura descollante, Barcelona se enfrentaba a la Juventus de Paulo Dybala. El envión anímico parecía ser increíble. Se había logrado una de las hazañas más grandes de la historia del fútbol. Pero llega la Juve, y todo vuelve a caer en pedazos. Pierde 3-0 en Turín, y empata 0-0 en Catalunya. El brasileño, íntimo amigo del 10 argentino, rompe en llanto al finalizar el encuentro. Pero no un llanto de derrota futbolística, sino uno de tristeza, angustia, bronca. Había algo que no cuadraba.

Meses después, se anuncia la salida de Luis Enrique del equipo, y junto con él, la de Neymar. Dos piezas claves de Barcelona en los últimos tres años. Tanto para el equipo, como para el mismo Messi.

El club busca reemplazos. Contrata a Valverde y a Ousmane Dembélé como recambio del crack brasileño. Barcelona pierde dos semifinales de Champions increíbles, tras estar tres goles arriba, en ambos casos. Uno 4-1, el otro 3-0. Ganó ligas, ganó copas del rey, pero ya no fue lo mismo. Hizo contrataciones extremadamente caras, con costos superior a los valores. El último es Griezmann. Traído como el mejor delantero de la liga española, campeón del mundo, usado en la izquierda, como volante en ocasiones.

Todo conlleva a la tensión generada en la actualidad. Con la sensación de que Messi está harto de absorber todo el peso. Un Messi que no se pierde un partido, que no le gusta salir, pero que no está llegando a pleno al final de la temporada. Messi juega mucho en noviembre, en diciembre. Pero cuando llega marzo, abril, con los duelos mano a mano, dos partidos de 90 minutos, que dependen de él, el juego termina agotándolo.

Y ¿qué le ha dado el club a Messi? Él dice que poco. No hay proyecto futbolístico, me las tengo que arreglar como sea, se cambia de entrenador en plena temporada, y todo se maneja de manera equivocada. Suárez es su mejor amigo, pero Piqué ya piensa en la presidencia del Barcelona, con sus estudios en Harvard, la productora que acaba de comprar, sus proyectos son otros. Messi ya no tiene - sin Xavi, sin Iniesta, sin Puyol - referencias, jugadores que lo protejan. Hoy es él, quien tiene que proteger al resto. Todo lo contrario a lo que hoy Lionel encuentra en la Argentina, de golpe, que es estabilidad. Desde que Messi llegó a la Selección mayor en 2005, no tuvo ningún técnico que termine el proceso entre mundial y mundial. Ojalá que Scaloni sea el primero. Es lo que parece. Formando un grupo joven, que se hace cargo, que ven a Leo como el mejor, pero no como el único. Es un equipo en el cual Messi complementa a la perfección.

Si las cosas no cambian en Barcelona, Messi está decidido a jugar este año y quedar como agente libre. Pero claro, si Messi se va libre, el club no recibe nada de plata. Por lo tanto deberá negociarlo en lo que queda de esta temporada. Pero deberá venderlo, o renovarlo.

Se especula con Manchester City, Manchester United, PSG. En realidad, los únicos equipos con la suficiente espalda económica para bancar un pase que rondaría los 300 millones de dólares, entre dinero y jugadores a cambio. El problema es ¿se imaginan a Messi en Manchester? Con el clima, con otro idioma, con un cambio rotundo en la vida de sus hijos. La verdad que no. Tampoco en París. A mí me cuesta pensarlo en otro lugar. Lo que sí está claro es que Messi está cansado, que Messi así no sigue. Y va más allá de lo que es el club en cuanto a equipo, esto es más institucional. Necesita de un club que lo cuide, que lo proteja. Ya sea de falsos testimonios, de malas operaciones, o de críticas por un mal partido. No le va a cambiar nada que traigan a la mega estrella del momento, eso es una circunstancia. Pero si necesita de jugadores que descuelguen su póster, como lo hay en la Selección Argentina. En una nota Leandro Paredes dijo: “Aprendí a no dársela todos los tiros”. Dybala, De Paul, Paredes, son jugadores que han contribuido para que no caiga todo el peso en el capitán del equipo, y eso es algo que Messi necesita, y agradece. Esa “falta de respeto”.

Hoy en Barcelona, el equipo le pide que resuelva algo que el colectivo no puede.

Messi se cansó de la dirigencia, de entrenadores que lo admiren, y de jugadores que le tiren la pelota para ver cómo resuelve. Tendrá que cambiar muchísimas cosas Barcelona por Messi, desde la institución, hasta los compañeros. ¿Quién no cambiaría todo eso para que Messi se quede un tiempo más? Creo que nadie sería tan iluso. Pero Barcelona ya ha soltado a sus estrellas. Echaron a Ronaldinho, echaron a Cruyff, dejaron ir sin más a Iniesta, igual lo hicieron con Xavi, y Neymar se les escapó en sus narices. Dicho todo esto, aunque para muchos parezca una locura, Barcelona puede llegar a soltar a su máximo referente, en algún momento, quizás el club llegue a pensar en un Barcelona sin Messi.


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